Escondida bajo las calles de Roma, en un tranquilo y sereno rincón del barrio de la Via Veneto, se encuentra la inquietante Cripta de los Capuchinos, también conocida como Cripta dei Cappuccini. Este misterioso lugar es una de las atracciones menos conocidas pero más fascinantes de la Ciudad Eterna.
Una vez que te aventuras a adentrarte en sus profundidades, te encuentras inmerso en un mundo único y sobrenatural que evoca tanto horror como asombro.
La Cripta de los Capuchinos es un conjunto de seis pequeñas capillas subterráneas que albergan los restos mortales de miles de frailes capuchinos.
Construida en el siglo XVII, esta cripta se utilizaba como lugar de enterramiento para los miembros de la orden capuchina, cuyos cuerpos eran traídos desde diferentes conventos de Roma. Sin embargo, lo que hace que esta cripta sea realmente sorprendente es la forma en que los restos están dispuestos.
Un Arte Macabro y Espectral
Al entrar en la Cripta de los Capuchinos, te encontrarás con una impresionante exhibición de huesos humanos utilizados para decorar las paredes y techos. Cráneos y huesos largos se combinan para formar intrincados patrones y diseños, creando una atmósfera impactante y lúgubre.
La escena macabra y espectral hace que los visitantes se estremezcan, pero también los invita a reflexionar sobre la fugacidad de la vida y la inevitabilidad de la muerte.
La Cripta de los Capuchinos refleja una antigua tradición conocida como “memento mori”, que se traduce como “recuerda que morirás”. Esta práctica artística y espiritual se originó en la Edad Media y el Renacimiento, y tenía como objetivo recordar a las personas la transitoriedad de la vida y la importancia de la preparación para la muerte.
Los capuchinos, al utilizar los huesos de sus hermanos fallecidos para decorar la cripta, transmitieron un poderoso mensaje sobre la vanidad de la vida terrenal y la búsqueda de la vida eterna.
A pesar de su naturaleza macabra, la Cripta de los Capuchinos ha sido un lugar de reflexión y meditación para muchos visitantes a lo largo de los años. Al recorrer sus capillas, los turistas son confrontados con la finitud de la vida y la trascendencia de la muerte.
La atmósfera única de la cripta invita a la contemplación y el autoexamen, recordando a los visitantes la importancia de valorar cada momento de la existencia y considerar el significado más profundo de la vida humana.
Cómo llegar
Para llegar a la Cripta de los Capuchinos, tienes varias opciones de transporte, ya que se encuentra en una ubicación céntrica y accesible.
La estación de metro más cercana es la estación “Barberini – Fontana di Trevi”, que pertenece a la línea A del metro de Roma. Desde esta estación, camina unos 5 minutos hacia la Via Vittorio Veneto y encontrarás la cripta en la iglesia de Santa Maria della Concezione dei Cappuccini.
Varias líneas de autobuses conectan con la zona donde se encuentra la Cripta de los Capuchinos. Puedes tomar los autobuses 52, 53, 63, 83, 85, 160, 492 o C3 y bajar en la parada “Piazza Barberini”. Desde allí, camina unos minutos hasta la iglesia.
Si te encuentras en el centro histórico de Roma, puedes llegar caminando a la Cripta de los Capuchinos. Si estás cerca de la Fontana di Trevi o la Plaza de España, el paseo a pie será corto y agradable.
Otra opción es tomar un taxi o utilizar servicios de rideshare como Uber o Lyft para llegar directamente a la Cripta de los Capuchinos. Los conductores locales conocen bien la ubicación y te dejarán justo en la entrada.