En las áridas tierras de Jordania, se encuentra una de las maravillas arqueológicas más impresionantes del mundo: Petra. Esta antigua ciudad, conocida como “la ciudad rosa” debido al color de la piedra en la que está tallada, es un testimonio asombroso del ingenio y la creatividad de la antigua civilización nabatea.
Petra fue fundada en el siglo VI a.C. por los nabateos, una antigua tribu árabe que estableció su capital en este lugar estratégico en medio del desierto. El control de rutas comerciales clave hizo que Petra prosperara y se convirtiera en una importante ciudad comercial y cultural.
Su ubicación no solo la protegía de invasiones, sino que también le permitía controlar el tráfico de incienso, mirra y especias desde Arabia y el sur de Asia hacia Egipto, Grecia y Roma. La riqueza generada por este comercio permitió que Petra se convirtiera en una ciudad próspera y opulenta.
El Tesoro: Un Icono Mundial
Cuando hablamos de Petra, inevitablemente pensamos en “El Tesoro” o Al Khazneh en árabe. Este majestuoso edificio es el emblema de Petra y uno de los lugares más fotografiados del mundo. Tallado en la roca de piedra arenisca, este impresionante templo servía como tumba para un rey nabateo.
Lo que muchos no saben es que El Tesoro debe su nombre a una leyenda popular que decía que en sus adornos superiores se ocultaba un tesoro en oro. En realidad, la construcción se utilizaba como tumba y lugar de culto, lo que realza su significado histórico y religioso para los nabateos.
Uno de los logros más sorprendentes de Petra es su avanzado sistema hidráulico. A pesar de su ubicación en un desierto árido, los nabateos eran expertos en captar y conservar el agua, permitiendo que la ciudad prosperara.
Canales tallados en la roca y cisternas subterráneas recogían el agua de las lluvias y la conducían hacia áreas de almacenamiento. La ingeniosa red hidráulica permitía que Petra tuviera una fuente constante de agua, esencial para abastecer a su creciente población y mantener su floreciente industria.
El Anfiteatro Nabateo
Otro aspecto destacado de Petra es su impresionante anfiteatro nabateo. Tallado en la roca, este anfiteatro tenía capacidad para aproximadamente 3,000 espectadores y fue utilizado para diversos eventos y espectáculos.
Curiosamente, el anfiteatro también fue utilizado en la época romana, cuando los romanos conquistaron Petra en el año 106 d.C. El lugar albergaba luchas de gladiadores y otros espectáculos populares de la época, lo que muestra cómo Petra se adaptó a las influencias culturales de los conquistadores.
Petra era un importante punto de la antigua Ruta del Incienso, que conectaba el sur de Arabia con el Mediterráneo. Esta ruta comercial se utilizaba para transportar incienso, mirra y otras valiosas mercancías a través de una serie de ciudades y oasis.
La ciudad rosa de Petra era un eslabón crucial en esta ruta, y su riqueza y prosperidad se debían en gran medida al control que ejercían sobre el comercio del incienso. La importancia de esta ruta comercial no solo radicaba en lo económico, sino también en lo cultural, ya que fomentaba el intercambio de conocimientos y creencias a lo largo de su extenso recorrido.
¿Cuándo visitar Petra?
La mejor época para visitar Petra depende de tus preferencias personales y tolerancia al clima. Sin embargo, generalmente se considera que las estaciones de primavera y otoño son las mejores épocas para hacerlo debido a las condiciones climáticas más agradables y cómodas.
- Primavera (Marzo a Mayo): La primavera es una época muy popular para visitar Petra. Durante estos meses, el clima tiende a ser templado y agradable, con temperaturas diurnas promedio que oscilan entre los 20°C y los 25°C. Los paisajes también son más verdes y exuberantes, ya que las lluvias invernales han regado la región. Además, la gran cantidad de flores y plantas en flor añaden un encanto especial a la experiencia de explorar las ruinas de Petra.
- Otoño (Septiembre a Noviembre): El otoño es otra temporada recomendada para visitar Petra. Las temperaturas son similares a las de la primavera, con días cálidos y noches frescas. La multitud de turistas también tiende a ser menor en comparación con el verano y otras épocas del año. Esto significa que puedes disfrutar de una experiencia más tranquila y relajada mientras exploras el sitio arqueológico.
Es importante tener en cuenta que durante los meses de verano (junio a agosto), el clima en Petra puede ser extremadamente caluroso, con temperaturas que pueden superar los 35°C o más. Si planeas visitar en verano, es esencial llevar ropa ligera, protector solar y mantenerse bien hidratado. Sin embargo, si eres sensible al calor, es posible que desees evitar visitar Petra durante los meses de verano.
Por otro lado, durante el invierno (diciembre a febrero), las temperaturas pueden descender significativamente durante la noche, llegando incluso a estar cerca de los 0°C en algunos casos. Si visitas Petra en invierno, asegúrate de llevar ropa abrigada y estar preparado para las bajas temperaturas.